A mí todo me quita el hambre: la ansiedad, el enojo, la tristeza… Todas esas emociones que hacen que la gente se consuele con pan, a mí me da por lo contrario. Ahhh, pero estoy contenta y me inflo como globo.
Tenemos una relación especial con la comida. Ya no sólo es combustible, es entretenimiento, socialización, sustituto emocional. Y, al contrario de otros desórdenes o adicciones, no podemos dejar de comer del todo. A veces la evolución que hemos sufrido los humanos no es tan positiva…
Cuando estaban enfermos mis papás, llegué a pesar 108lbs. Espero nunca más volver a estar igual. Aunque me enoje engordarme por estar feliz.
