En la mente yo hablo todo el tiempo, posibles conversaciones con personas que me interesan y con las que necesito pelotear algunas ideas. Las aplicaciones de chats son perfectas para eso, porque comienzo a escribir y escribir, sin necesitar de una respuesta inmediata, sino sólo como una ofrenda de atención que deposito y de la que me olvido más tarde. Es una forma de desahogarme y de mantenerme sana, tal vez por eso me gustó tanto ir a terapia cuando pude y por eso es que sigo escribiendo aquí, todos los días.
Me he quedado sin cosas que decir en algunos períodos de mi vida, ahora mismo estoy tratando de salir de uno y es como si me apagaran por dentro. No cualquiera me aguanta y agradezco a las personas que se han resignado a dejarme que me canse hablando. Y no es que no sea buena para escuchar, me encanta ponerle atención a la gente. Es sólo que, de pronto, quiero compartirme y eso no lo hago con cualquiera.
Si hablo mucho es porque tengo confianza. El día que me quede sin palabras, algo va mal.