De blanco

Desde hace meses me pinto las uñas y cambio de color cada semana. Pero no cambio demasiado. O claras o rojas. Y siempre regreso a lo mismo. Me ha pasado muchas veces que me compro «otro color» y cuando llego a la casa es uno más de la colección de colores iguales.

Tenemos preferencias y nos halan como imanes. Por eso se habla de «tipos de personas» o de «estilos de ropa», como si fuera una firma que hace nuestra vida sobre nosotros y que no cambiamos fácilmente. Depende de muchas cosas, de los hábitos que nos hemos hecho, de las creencias y afirmaciones que nos hacemos (esto no me queda bien, ya no tengo edad para usar vuelos, me debería pintar el pelo de otro color, etc…). Pero todo regresa a que lo que nos gusta nos hace sentir cómodos.

A mí me gusta verme las uñas de un rosado casi blanco. O de un rojo casi negro. Y cambiarlas porque me aburren. Tal vez pruebe un café, pero lo miro y sé que no lo voy a usar.

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