Me gusta tener suficiente de todo como para repetir. Termino comprando por lo menos dos botellas del mismo vino, dos camisas iguales (sobre todo si son blancas), dos bolsas de papalinas. Es una compulsión de escasez, que no sé si va a haber otra cuando regrese por más. Supongo que ilustra cómo me siento acerca de las cosas que me gustan: quiero repetir.
Pero también busco cosas nuevas, nunca estoy totalmente enganchada con una cosa favorita y pruebo lo que me llama la atención. Me pasa seguido con las recetas, que casi nunca hago algo de la misma manera y cuando mi hija me pide que le apunte cómo cociné algo, me quedo en blanco porque ya ni me recuerdo.
A las personas también hay que saber disfrutarlas en el momento, buscarlas de nuevo, sabiendo que van a ser distintas. Una especie de repetir algo nuevo cada vez. Todos los días hay una oportunidad de hacer lo que nos gusta con quien queremos y de hacerlo distinto. Tal vez así tenemos siempre mañanas qué apreciar.