La diferencia entre la perseverancia y la necedad es alcanzar el objetivo. La sabiduría consiste en identificar cuándo se puede.
Creo que no he aprendido bien a dejar ir lo que me importa de verdad y regreso a intentarlo como aquella ardilla de las caricaturas queriendo abrir un coco. Me sobra necedad, porque aún no llego a donde quiero, pero me alienta la esperanza de todo lo que ha conseguido mi perseverancia.
Tal vez sí hay cosas que vale la pena perseguir a toda costa. Y tal vez nunca aprenda a soltar lo que quiero.