Espacio

Tengo muchos años de meditar. La práctica es buena para la salud, ayuda a enfocar, a disfrutar del momento. Pero para mí, lo más importante es que me ha ensanchado un poco el espacio entre mis emociones y la reacción. Un poco, porque todavía me la salto y hago cagadales.

No podemos controlar nuestras emociones ni nuestros sentimientos. Sólo qué hacemos con ambos. Esa independencia del instinto es lo que verdaderamente nos distingue de los animales, que no tienen opción. Nosotros como humanos sí y qué poco la ejercemos. Confundimos esa habilidad de contenernos con falta de emoción. No es así. Uno puede sentir profundamente el fuego por dentro y dejar que pase. No estamos sujetos a la ley de Newton.

Tengo que meditar todos los días porque no llego a alejar tanto las orillas como para no saltarme de una a otra. Nada más inmediatamente satisfactorio como soltar el veneno. Lo malo es tener que recoger luego el desastre.

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