Dejé de escribir tu nombre entre mis labios
solté el olor de tu piel
los recuerdos los borré frotándome los ojos
se ahogó tu voz con la música.
Llegué al final de lo común
me quedé en el borde de lo propio
deshojé las palabras que guardaba
sólo para ti
las dejé partir. El viento es codicioso.
Te dejé, sin esperarte,
sin voltear a ver atrás,
seguí tus instrucciones,
¿eso querías?