Comí subanik y no era como me lo esperaba. Estaba mucho más picante que otros que he probado. Rico, eso sí. Y es que no todo es como estamos acostumbrados.
En este mundo casi todo está sujeto a interpretación, porque le agregamos nuestra propia vivencia. Cada palabra, aunque tenga una acepción conocida, puede aparejar sentimientos individuales que la distinguen de lo que otro entiende. Lo único que no varía son las matemáticas.
Aunque se vale tener una expectativa general de las cosas, es bueno estar abierto a que puedan ser distintas de lo que conocemos. Igual es pura suerte qué probamos primero.