Cambié, siempre

Decir que mi mundo cambió hace casi un año no le hace honor al cisma que ocurrió. Pero ahora que lo escribo, con decenas de sensores y sets y mililitros administrados, ya ni recuerdo que es no hacer esto.

Cuando era niña tenía el pelo muy rubio y ahora no. No por eso he dejado de ser yo. O tal vez sí y de todas formas no importa. Somos lo que nos convertimos y no hay cómo separar el cambio de la permanencia.

Tal vez por eso me gusta la rutina: porque hago siempre lo mismo. La ilusión de la estabilidad, el palo que ayuda al equilibrio en la cuerda floja.

O la vida es una cosa inmutable que vamos conociendo por partes, o es una corriente fluida que nos inunda de forma distinta todos los días. Y, en medio yo. Aunque no sea la misma.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.