Hoy me hicieron una prueba de esfuerzo. Le llevan a uno el corazón al límite. Pero eso no es tan interesante como que también se mide cuánto tiempo se tarda uno en recuperarse.
Uno no debería de vivir al límite de su capacidad todo el tiempo. Por algo éramos cazadores: períodos cortos de actividad intensa, seguidos de mucho descanso y preparación. Porque si uno sólo está en la flojera, es al primero al que alcanza el león.
Es bueno saber que mi corazón aguanta el estrés y que rápido vuelve a su estado normal. Me gustaría decir lo mismo de mi estado de ánimo. Supongo que también eso hay que entrenar.