Lo que no se ve

Me da risa que sea tan popular el dicho de “lo que se ve, no se pregunta”. Pero no me gusta esa política. Yo creo fielmente en no quedarme con la duda. Sobre todo porque me vuela la imaginación y puedo suponer mil cosas si no compruebo.

En nuestra modernidad se usa el lenguaje más para ocultar que para comunicar. Nos preguntan cómo estamos y contestamos “bien”. Torcemos el significado de nuestras palabras. Nos ocultamos. No hay necesidad de desnudarse por completo, pero sí hay que indagar más allá de lo que hay en la superficie.

Hay más cosas que no sabemos que las que sí. Vale la pena preguntar. Sobre todo con los nuestros. No vivimos en sus mentes. Hay que sacarles lo que guardan. Porque, lo que se ve, no es siempre lo que hay.

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