Un nivel más superficial

Luchamos como seres humanos por ser profundos y aprovechar la capacidad más extrema de los talentos que tengamos. Nos esforzamos por no pasar desapercibidos, por dejar impresa nuestra huella en el mundo. Que nuestro recuerdo persista más allá de nuestra presencia y que hablen de nosotros durante generaciones. Y nada de eso es relevante. Ni siquiera creo que sea verdaderamente deseable.

La gente más importante de mi vida ha pasado por ella sin querer hacerse permanente, sólo por el gusto de estar. Para apreciar las cosas a nuestro alrededor sin destruir lo mejor es caminar liviano. No presionar, flotar entre los nuestros y generarles un bienestar sin peso, casi pasar desapercibidos. Lo peor que uno puede desear es ser indispensable. Porque lo que no somos es inacabables y, si no pueden seguir adelante sin nosotros, qué pobre existencia llevamos.

Al final de nuestros días, la única profundidad que deberíamos querer alcanzar es la de nuestra propia consciencia. Todo el resto de cosas deben haberse quedado atrás. Y, nosotros, ser superficiales en nuestro paso. Como si fuera sólo otro paseo.

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