Tengo una fila de libros por leer y quisiera no querer comprar otro hasta terminarlos. Pero… una que es viciosa y ahora hay libros por todas partes. Pasaba entrando al súper y se me quedó pegado uno. Rara vez compro libros sin saber de qué se tratan, pero éste me llamó la atención: El cielo es azul, la tierra blanca. De Kawakami. Lindo.
Estamos acostumbrados a leer y ver y escuchar puras cosas recomendadas. Me pasa frecuentemente que, si alguien más no la ha visto, yo no me meto a ver una película. Creo que es porque aceptamos que hay demasiadas ofertas y nuestro tiempo es cada vez más limitado.
Lo peor de todo es que si me siento muy cansada, regreso a ver cosas conocidas, viejas, cómodas. Y allí está el corazón del asunto. Llega el final del día y uno sólo quiere envolverse en algo que le haga sentirse bien: unos pants viejos, las chamarras de la cama, información que ya digerimos.
Pero no se puede andar así siempre. ¿Cómo vamos a crecer si nos quedamos en el mismo lugar? ¿Qué clase de conversación podemos tener si sólo hablamos de lo mismo?
El libro no me decepcionó. Ya puedo regresar a los que tengo en cola.