Estoy viendo la serie de Allien Earth y está predeciblemente llena de escenas sangrientas y grotescas. Soy fan de Tarantino, la sangre en las películas no me molesta, pero sí me encoge las entrañas escuchar cómo las cosas se meten en el cuerpo de otras cosas. Es un sonido parecido al de una boca mojada chasqueando los labios. Húmedo. Wácala. Igual estoy viendo la serie, está muy buena.
Los humanos estamos equipados para que nos repugnen cosas que nos dañan. Evitamos la comida podrida, le huimos a los ruidos peligrosos, le tenemos miedo a las alturas. Todo lo evolutivo que nos pueda proteger de una muerte prematura. Pero en la modernidad, con fechas de expiración y elevadores a pisos 130s, esas alarmas son menos utilizadas y tal vez las dejamos un poco olvidadas. No sé si eso nos sea de beneficio como especie. Las cosas que nos dan miedo, tienen una razón de ser y es bueno escuchar nuestro instinto.
En general, obviamente me dan asco los olores de podredumbre, pero hay quesitos que apestan y saben muy rico. O no siempre le hago caso a las fechas de expiración. Pero… acabo de demostrar en carne propia que dos cuerpos no pueden ocupar el mismo espacio al mismo tiempo y me rompí un dedo del pie. Sonó húmedo. Está roto. Por algo ese ruido es suficiente para revolverme las tripas.
