Siempre nos podemos equivocar

Hay una línea que separa la confianza en uno mismo y el autoengaño. Cruzarla es peligroso, para ejemplo, los motoristas en Guatemala. Seguro se creen invencibles. También es cierto que, gracias a eso, hemos logrado escalar montañas imposibles como especie. Habría qué preguntarse la utilidad de esas hazañas, pero eso es otro tema.

Lo cierto es que uno tiene que tenerse confianza, aventarse, lograr cosas. Y saber que muchas veces se va a quedar corto de la meta. Por mucho. El empeño no debe depender del resultado, porque nos equivocamos tanto, que si esperáramos tenerlo todo bien, no haríamos nada.

Siempre nos podemos equivocar. Hasta que ya no lo hagamos. Todo lo que sucede en medio es lo que pasa cuando se vive.

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