Ha cambiado tanto el concepto de lo que es tener una relación, inclusive en el transcurso de mi vida. Sería ilustrativo saber cómo lo hacían antes de la agricultura. Qué tipo de interacción pudo haber existido. Sólo podemos especular, porque le hemos subido tantos sabores distintos a esa palabra, que no se reconoce el color original. Pero tampoco nosotros los humanos somos los mismos y seguro esa clase de comportamiento tampoco sería ideal para todos ahora.
Tenemos que reflejarnos. Y a los demás. Ser el espejo que recibe y da, sin quedarse con nada, preferiblemente sin distorcionarlo tampoco. Querer a alguien más crea una especie de ente individual que crece de la interacción.
Pero siempre hay pequeñas manchas y movimientos. Está bien. También se trata de adaptarse. Y de reconocer al otro con la claridad de la renuncia a algo que no existe. Ser espejo. Dejar que la otra persona lo llene a uno. Y no quererlo retener.