Recuerdo cuando salía de viaje y mi mamá me hacía encargos. Eran tan específicos, que no podía quedar bien con otra cosa. Y ay de mí si no encontraba. ¿Dónde quedaba el agradecimiento de tantos años de abnegación? Cuando uno tiene requerimientos tan detallados, lo bueno es que eso obtiene. Lo malo es que eso obtiene.
Creo que es útil hacer planes. Conocer la ciudad nueva con ayuda de una investigación previa. Querer cierta cosas de una relación. Tener expectativas de un trabajo. Pero, si uno no está dispuesto a salirse de la caja, se puede perder de todo lo que queda afuera. Y uno ni siquiera sabe todo lo que uno no sabe. ¿Cómo lo va a pedir?
Cuando alguien se va de viaje, generalmente no pido cosas específicas. Lo mejor de no tener necesidades apremiantes es que cualquier cosa es una sorpresa bienvenida. Y menos apuros para quien la trae.