En The Matrix, el agente Smith le dice a Neo que los humanos parecemos virus. También que una de las primeras versiones del mundo virtual a donde enchufan a todos, había fracasado porque trataban de despertarse. El problema era que esa «realidad» la habían diseñado para que todos fueran felices y nadie se la había creído.
El concepto de «felicidad» es uno de esos ideales efímeros que mueve el mundo, funda naciones, arruina vidas y acaba fortunas. Todos los anuncios venden esa ilusión. Por el otro lado, consideramos nuestra realidad como un «valle de lágrimas» y las penas como el pan nuestro de cada día.
A lo que yo pienso: ni uno, ni el otro. Para mí, la felicidad es el estado natural del ser humano, siempre y cuando venga de su interior. Conste que ser feliz no es lo mismo que estar alegre/eufórico. Recién casada, murió mi papá y, 6 meses después, mi mamá. Lloré, me dolió (sigue doliendo a veces), me puse triste. Pero era feliz. Soy feliz. He sido feliz comiendo Protemás. He sido feliz comiendo carne. La fuente de mi felicidad está dentro. También la de mi tristeza.
La realidad está llena de experiencias fuertes. Nosotros las convertimos en emociones. Y, si nos enchufan a la Matrix y nos ponen a vivir en un idílico virtual, por favor, no nos despertemos.